¿Qué es la Leishmania?
Es importante el uso de repelentes tópicos combinados (pipetas y collares), sobre todo en los meses de mayor riesgo.
Factores de riesgo para los perros
Según la actividad: perros que pasan más tiempo en el exterior. Según edad: más susceptibles entre los 1 y 2 años, y a partir de 8 años de edad. Según raza: puede darse en cualquier raza, aunque se ha comprobado que los podencos ibicencos muestran más resistencia a la infección, mientras que el Pastor Alemán, Bóxer y Rottweiler han mostrado mayor predisposición a la enfermedad.
Signos Clínicos
Pueden ser muy inespecíficos pero hay algunos que suelen repetirse con frecuencia: pérdida de peso, ganglios inflamados, lesiones cutáneas y oculares. En los casos más graves suele haber signos de afectación renal.
Prevención
Es la mayor herramienta de la que disponemos para evitar la infección por Leishmania.
Es importante el uso de repelentes tópicos combinados (pipetas y collares), sobre todo en los meses de mayor riesgo. Además, contamos con otros productos como la domperidoma (jarabe) o la vacuna frente a la Leishmania. En ningún caso estos previenen la enfermedad; pero si se produce la infección, inducen una respuesta inmunitaria específica que puede evitar el desarrollo de la enfermedad.


¿Se cura?
Actualmente no se puede curar, pero sí controlar; es decir, aunque se trata de una enfermedad grave, a día de hoy, con un diagnóstico rápido y un tratamiento adecuado, es posible controlar la enfermedad y que el animal pueda llevar una vida completamente normal.
¿Pueden los gatos padecer Leishmania?
Sí, aunque es mucho menos frecuente. La forma de contagio es exactamente la misma y los signos clínicos también muy similares.