t_post03_image_02
Conducta higénica del cachorro.

Probablemente, este sea uno de los temas más demandados por parte de propietarios que conviven con un cachorro. Sobre esto, hay mucho escrito y discutido, pero también, por desgracia, mucha leyenda urbana acerca de maneras de conseguir que el cachorro no elimine en casa o que lo haga al menos, en una zona destinada para ello.

Para simplificarlo, podemos dividir la educación higiénica de nuestro cachorro en dos puntos:

Hemos de estar muy atentos, porque cada vez que el cachorro acuda a la zona de eliminación deseada y haga sus necesidades, tendremos que premiarlo inmediatamente, no vale que lo premiemos cuando ya haya pasado un minuto porque entonces no puede asociarlo, y no sirve de nada.

1.- Cuando podemos supervisar:
  • Elegiremos una zona de la casa donde queremos que el cachorro elimine y pondremos allí unos papeles de periódico o similar.
  • Acompañaremos al perro allí cada 1-2h (nunca dejaremos que pase más tiempo)
  • Hemos de tener en cuenta los momentos de máxima probabilidad de eliminación, que son: después de un rato de juego, de un rato de descanso y después de comer/beber
  • Anticipación: si observamos que el cachorro comienza a olisquear el suelo, a dar vueltas o mostrarse inquieto, lo llevaremos a la zona de eliminación y lo dejaremos allí un rato, porque podría ser que tuviera necesidad de hacerlo.
  • Hemos de estar muy atentos, porque cada vez que el cachorro acuda a la zona de eliminación deseada y haga sus necesidades, tendremos que premiarlo inmediatamente, no vale que lo premiemos cuando ya haya pasado un minuto porque entonces no puede asociarlo, y no sirve de nada.
  • Si estando presentes no hemos podido anticiparnos o no hemos sido conscientes de que el cachorro necesitaba eliminar, y lo pillamos “in fraganti” haciendo sus cosas en un lugar que no queremos, trataremos de interrumpirlo en al acto mediante un castigo no señalado (un golpe seco en la mesa o en la pared, pero que no asocie con nosotros), eso lo interrumpirá y en ese momento lo llevaremos a la zona de eliminación para que continúe allí.
  • Si no hemos podido llegar a tiempo y ya ha hecho sus cosas donde no debe, no le regañaremos ni le diremos nada, porque no es capaz de asociarlo y no aprenderá nada al respecto. Incluso corremos el riesgo de empeorar la situación. Lo mejor que podemos hacer es recoger las eliminaciones sin darle más importancia, y tratar de estar más atentos la próxima vez.
2.- Cuando no podemos supervisar:

Los pasos anteriores son de gran utilidad siempre y cuando podamos observar directamente al cachorro, pero si nos tenemos que ir y dejarlo solo, entonces tenemos que aplicar otras estrategias. Una de las más efectivas es el confinamiento, cuyo objetivo es ponérselo lo más fácil posible al cachorro para que “acierte” y elimine donde queremos. Para ello haremos lo siguiente:

  • Elegiremos una zona de la casa, no muy amplia, donde el cachorro se quedará solo en nuestra ausencia. Lo ideal es que se trate de la cocina o baño, normalmente fáciles de limpiar (por lo que pueda pasar), o también podemos elegir otra zona y montar un pequeño parque vallado para el cachorro. Mejor no dejar libre acceso a sofás, camas y alfombras.
  • Esa zona debe dividirse en 3 partes: una donde se encuentre la cama y juguetes, otra con el agua, y el resto debemos “empapelarlo” con papel de periódico o empapadores. La idea es que el cachorro haga sus necesidades en la zona de papel de periódico, y si recordamos lo que explicaba antes de que de manera innata evitan la zona de descanso y de comida, no tendrá más remedio que hacerlo donde queremos. Después iremos retirando la zona empapelada poco a poco, siempre y cuando el cachorro siga acertando.
  • Si al llegar a casa, encontramos que el cachorro ha hecho sus necesidades donde no queremos, no podemos hacer nada, ya que al no existir una asociación directa entre el acto y el castigo, el perro no aprenderá nada, además de que influirá negativamente en nuestro vínculo con él porque al no entender nada, creerá que somos impredecibles e incoherentes y eso afectará a su vínculo con nosotros.
  • De la misma manera, si llegamos y ha hecho pis donde debe, tampoco lo felicitaremos por ello, ya que tampoco lo entenderá. Recogeremos todo y no le daremos más importancia.

 

IMPORTANTE:
  • Evitar siempre los castigos
  • No utilizar lejía o amoníaco para limpiar las zonas afectadas. (Utilizar detergentes enzimáticos)
  • Crear rutinas de alimentación y paseos.
  • Anticiparnos a los posibles momentos de necesidad (tras dormir, jugar, comer)
  • Estar atentos a la actitud del perro.
  • Premiar en el momento si el animal elimina donde queremos.
  • No hay que pensar que aprenderá sólo con el tiempo, hay que trabajar.
  • No se puede exigir el control total hasta los 6-7 meses.